me paro
el ojo se dirige al agujero del tronco
el ojo se dirige al agujero del tronco
en su
vacuidad unos pequeños brotes/
esas
palabras brotes/
las palabras
sembradas sin semilla y sin mano/
y aunque
nada importa raíz membrana hueso
todo sirve
y aunque
nada escoge el miedo la floresta el hablante
todo queda
en el vientre/en el hueco/
ese lugar
maravilloso
arteria fluvial /tristeza láctea
arteria fluvial /tristeza láctea
donde crecen
las cosas
que son
ciertas
Te paras y te quedas mirando a la naturaleza..
ResponderEliminarUn abrazo.
lo cierto es tan efímero
ResponderEliminarque cuando ocurre no se olvida
abrazos
En ese hueco, donde queda la esencia, el tiempo, los recuerdos. Una imagen perfecta, unos versos que te hacen llegar la intimidad de un corazón. Me gustaron mucho. Besos.
ResponderEliminarSin duda lo mejor de los huecos, que nos deja la vida, es la posibilidad de poder llenarlos. Un saludo.
ResponderEliminarMe has cautivado con tu bella,profunda y existencial reflexión poética.En esos supuestos vacíos entresijos interiores , se esconden sensaciones, mil y una flores,intensas emociones que nos resistimos a sacar a flote.Un cálido abrazo,poetisa de alma grande.
ResponderEliminarLo importante es pararse, reconocer los brotes, esos que se alimentan de esa arteria por la que fluye leche
ResponderEliminarMuchos besos a todos, Rafael, Elisa, Inti, Miguel, Juan, siempre me emociona que estéis aquí compartiendo vuestro cariño conmigo, eso me motiva para esforzarme para estar a la altura.
ResponderEliminarBesitos