El corredor de fondo vivía en mis ojos
como la retama en invierno
o la luz entre las zarzas
o los ojos blancos de mi madre;
o la luz entre las zarzas
o los ojos blancos de mi madre;
Porque cogí el fruto de la
vida
y comí de él,
y comí de él,
y conocí el calor y el olor
de muchas madrugadas
vivía en mis ojos
No era ni alto ni bajo ni
joven ni viejo
pero
dios mío, qué piernas
ahora
-porque abrí la puerta-
la niebla entra a veces
pero se disipa rápido
-porque abrí la puerta-
la niebla entra a veces
pero se disipa rápido
Pepi cuando se hospedan en nuestros sentidos luego no es fácil desalojarlos.
ResponderEliminarMe gustó porque es una poesía realista.
Un fuerte abrazo.
Así es la vida, una carrera de fondo.
ResponderEliminarAbrazos.
Que envidia me da el corredor de fondo.
ResponderEliminarDe la mala.
Ahora mismo le apedrearía.
Besos.
Recordar la enérgìa de los recuerdos y las sensaciones es peligroso pero conmovedor...saludos
ResponderEliminarresistencia
ResponderEliminares la clave para ser corredor de fondo
y que bueno que le recuerdes,pues casi siempre
son los velocistas los que brillan en todas partes
abrazos y feliz jornada
si puedes ojalá saques la opción de escribir la palabreja de verificación
es el tercer comentario que intento dejar
Parece que ya no está, que al cerrar los ojos viene la oscuridad, pero lo cierto es que sólo se ha marchado a un lugar escondido dentro de ti. Todo vuelve, con una u otra forma. Un besito.
ResponderEliminarHola Pepi, que espectacular entrada, si me dejo como sin aliento, como una carrera de fondo…
ResponderEliminarHaces de tus letras un sentir sin prisas, y un querer volver a leerte. Me ha encantado visitarte. Un abrazo.
muchas gracias por tu huella
ResponderEliminarten una semana preciosa
abrazos
Voy, miro, relato...
ResponderEliminarPasando otra vez, lindo relato, la parte del libro de la vida es mi favorito :)
ResponderEliminarEs muy lindo lo que escribis. Aqui me quedo.
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