jueves, 18 de abril de 2013

El tarro de cristal








Aquella noche era:

un tarro de cristal repleto de luciérnagas

una de ellas  -enorme-

con dos pares de alas como las mariposas

tenía un punto  negro  a modo de ojo

(como las plumas de los pavos reales)

que  movía  como si fuera un abanico


no nos miraba;


pero nosotros con nuestro ego de amantes

nos sentíamos el centro

de todas sus bondades


más bien

era como una geisha

que con movimientos lentos y envolventes

maquillaba de blanco

la cara oscura del silencio

y ponía en sus labios el lenguaje rojo

de los sabios


pero

no nos miraba,

no.

Definitivamente

le éramos indiferentes


13 comentarios:

  1. Un tarro de cristal repleto de luciérnagas...preciosa metáfora para nombrar a la noche con estrellas.
    No importa que la luciérnaga mágica no os mirara.Lo importante es que vosotros la mirabais a ella.

    Abrazos Pepi.

    ResponderEliminar
  2. Maravillosa Composición en deslumbrante Metáfora, personificada en esta peculiar luciérnaga.
    Abrazos y besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pedro los momentos únicos necesitan de circunstancias únicas.

      Besitos

      Eliminar
  3. Aquella noche era diferente y también nosotros, "éramos diferentes"...
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amigo Rafael siempre somos diferentes..
      gracias por tus comentarios
      un beso

      Eliminar
  4. muchas gracias por tu huella PEPI
    desde Chile un abrazo

    interesante espacio tienes con muy buenas letras
    felicitaciones

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias a ti Elisa,
      espero verte por aquí de vez en cuando
      abrazos

      Eliminar
  5. Pepi, el poema en si es una composición plástica donde la noche parpadea desde la levedad de las luciérnagas. Todo noche, todo amor y esa luz que brilla y que no busca.
    Magnífico poema.
    Me ha encantado en la imagen que proyecta y en el fondo que late.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Felicidad es verdad que la noche era hermosa, y mágica pero no era hermosa para nosotros sino hermosa en sí misma; con su propia vida interior y sus propias complejidades
      a la noche le importamos un pimiento
      aunque pensemos que luce para nosotros
      besitos

      Eliminar
  6. Que bueno!!!

    Somos tan poca cosa y sin embargo nuestra vanidad es infinita.

    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es cierto Toro, solemos creer que el mundo gira en torno nuestro y no somos más que una parte pequeñísima

      Besitos

      Eliminar
  7. LA NOCHE CON SUS TREMENDOS ENIGMAS, CON SU INVITACIÓN A LOS DESCUBRIMIENTOS, A DEJARSE LLEVAR...
    PRECIOSO POEMA.
    BESITOS

    ResponderEliminar